
Se cumplen 5 años del confinamiento que paró el mundo
Un lustro es el tiempo que nos separa de aquel 14 de marzo de 2020 en el que aguantamos la respiración al cruzarnos con alguien, nos lavamos las manos una media de veinte veces al día o usamos la mascarilla como si de un objeto de primera necesidad se tratase. Los dueños de los perros eran afortunados, los cocinillas sacaron a relucir sus dotes en los fogones y se multiplicaron exponencialmente los deportistas que recorrían las calles de Albacete, las mismas en las que cuando ‘se acababa el recreo’ imperaba el silencio, tan que únicamente se rompía por los aplausos para sanitarios, transportistas y el resto de colectivos que tanto han contribuido a nuestra sociedad durante este período. Mientras tanto, en los supermercados lo más usual era coincidir con vecinos cuyo atuendo era hermano gemelo del de cualquier cirujano recién salido del quirófano con guantes de látex y trajes EPI. Los mismos comercios en los que se agotaban las existencias de papel higiénico y de hidrogel alcohólico. Cinco años en los que hemos perdido seres queridos, pero sobre todo en los que hemos ganado el pulso a una pandemia mundial.