
((esSemana Santa 2025 | 9 de Abril
Continuamos en esRadio Albacete con nuestro espacio semanal dedicado a la Semana Santa. Todo está preparado. Las calles, los templos, los talleres… Todo se dispone para recibir los días más intensos del calendario cristiano. En apenas dos jornadas, el Viernes de Dolores marcará el pórtico de la Semana Santa y con él comenzará el tiempo de la emoción, la devoción y también de la belleza.
Pero esa belleza no se improvisa. Los tronos y pasos que veremos procesionar, con su solemnidad y recogimiento, no lucirían del mismo modo sin el esmero de quienes, con mimo y fe, visten a las imágenes. Mantos bordados, sayas de terciopelo, encajes antiguos, tocados que rozan lo celestial. Todo ello conforma un patrimonio textil único que es también reflejo de siglos de tradición y cuidado.
Hoy, en EsSemanaSanta, nos adentramos en ese mundo casi secreto: el de los vestidores. Aquellas personas que, desde la discreción, sostienen la elegancia de lo sagrado.
Víctor Martínez conoce bien lo que es adentrarse en el silencio de una sacristía con un solo propósito: preparar a la Virgen para un nuevo encuentro con su pueblo. Pertenece a la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, una de las imágenes más queridas y esperadas por los albaceteños. Empezó, como tantos, observando, aprendiendo a base de experiencia y vocación. Hoy, con años de labor a sus espaldas, ha desarrollado un estilo sobrio, elegante, que respeta la tradición pero sin renunciar al detalle que realza la figura.
Sole López, por su parte, viste a Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto. En cada cambio de vestimenta, en cada pliegue del ropaje, Sole deja su impronta. Su forma de trabajar habla de dulzura y firmeza, de contemplación y respeto. Para ella, cada atuendo no es solo una forma estética, sino una manera de comunicar un misterio, de invitar a la oración.
Ambos coinciden en que vestir a una imagen es algo más que una tarea técnica: es una vocación, un privilegio íntimo. Implica conocer la personalidad de la imagen, su iconografía, su carácter. Víctor, por ejemplo, se siente especialmente conectado con los días de luto, con esa sobriedad que exige la Soledad. Sole, en cambio, confiesa que encuentra una emoción indescriptible al contemplar el rostro de Jesús justo después de vestirlo, como si ya estuviera preparado para su Pasión.
El sello personal de cada vestidor se nota, aunque con la humildad de quienes saben que sirven a algo mayor que ellos mismos. Hay un estilo, sí, pero también una profunda devoción a lo que la imagen «pide», a lo que la tradición ha legado. No todo vale, reconocen. La evolución en el arte de vestir ha traído innovación, pero también, en algunos casos, excesos. Ambos defienden el equilibrio: dignidad, belleza y sentido.

Jesús Espadas y José Manuel Alcantud representan a una nueva generación de vestidores que, sin renunciar al legado recibido, apuestan por una visión rigurosa y casi museística del patrimonio textil. Jesús, vinculado a la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores y Nuestra Señora del Mayor Dolor, combina sensibilidad estética con una clara conciencia de conservación. Es de los que cuidan hasta el último encaje, consciente de que tras cada pieza hay historia y memoria de la ciudad.
José Manuel, de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía y Nuestra Señora de la Amargura, ha hecho del detalle una forma de devoción. La preparación de sus imágenes es casi un rito espiritual. Reza mientras viste, se detiene a contemplar el conjunto, se asegura de que cada elemento no solo esté bien colocado, sino que transmita algo al fiel.
Ambos han notado que las juntas de gobierno comienzan a valorar más la figura del vestidor. Ya no es una función secundaria, sino parte fundamental del engranaje cofrade. Lo importante no es solo vestir bien, sino vestir con sentido. Saber qué colores, qué texturas, qué formas son las apropiadas para cada momento litúrgico, para cada advocación. La imagen no es un maniquí: es sagrada, y como tal debe tratarse.
Hablan también de la necesidad de seguir mejorando. Aunque el nivel ha subido notablemente en las últimas décadas, aún queda camino por recorrer. Falta formación, criterio y, sobre todo, respeto. La devoción no debe nunca disfrazar a la imagen, sino exaltar su dignidad.
Jesús, además, pone el foco en el patrimonio textil. Considera urgente su conservación, la catalogación de los mantos, las sayas, los bordados que han vestido durante décadas a las imágenes titulares. En Albacete, asegura, hay auténticas joyas que muchas veces pasan desapercibidas. La ciudad, añade José Manuel, tiene un tesoro en sus sacristías y casas de hermandad. Solo hay que abrir los ojos y saber mirar.

El programa de hoy ha sido un viaje por el arte invisible, el que se esconde entre bastidores pero que da forma y vida a nuestras procesiones. Víctor, Sole, Jesús y José Manuel nos han recordado que vestir una imagen no es sólo una cuestión estética, sino una responsabilidad espiritual y patrimonial.
Y con esa misma emoción, les recordamos que este próximo viernes a las 18 h. saldrá el Cristo de la Sangre desde el Cementerio hasta el Buen Pastor. A las 21 h., desde la Catedral, lo hará Nuestra Señora de la Amargura. Y el domingo, a las 12 del mediodía, la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén recorrerá el centro de Albacete desde la S.I. Catedral.
La Semana Santa está a punto de comenzar… y gracias a estos vestidores, las imágenes estarán vestidas no solo de telas, sino de fe.